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Cómo hacer esquejes en agua

Las plantas más fáciles de multiplicar son las de tallos blandos no leñosos

El esquejado en agua es una de las técnicas más empleadas para multiplicar ejemplares e intercambiar esquejes entre amigos y familiares. Es una actividad sencilla, pero antes de llevarla a cabo es preciso conocer qué especies son las más indicadas para esquejar y los cuidados que deben recibir durante el arraigo y el trasplante.

Plantas recomendadas

- Imagen: miz_ginevra -

Los esquejes en agua son, junto a los injertos, los acodos y las semillas, los métodos de multiplicación más habituales. La técnica consiste en sumergir la base de un brote o el pecíolo de una hoja en agua para que desarrolle raíces. Las plantas que garantizan buenos resultados son las de tallos blandos no leñosos. La hiedra, la begonia, el ciso, la fitonia y la balsamina son algunas especies de interior fáciles de esquejar.

Además, las hojas de la violeta africana, la begonia rex y la sansevieria también son apropiadas para multiplicar mediante esta técnica.

El tallo es la única parte que debe permanecer sumergida, de lo contrario es posible que el brote se pudra

No es tan sencillo el proceso en las plantas grandes con tallos duros, que requieren un esquejado más complejo y delicado. Esta técnica es recomendable de junio a septiembre, ya que es la época de crecimiento activo para estas especies y los tejidos cortados rebrotan con más facilidad. Ciertas plantas grandes y robustas, como las palmeras y las cicadáceas, no se esquejan porque su tallo sólo tiene un botón terminal.

Cómo obtener el ejemplar

Para que el esqueje arraigue con fuerza en el agua se debe cortar del tallo de una manera apropiada. En primer lugar, es conveniente emplear una tijera para bonsáis, una podadera o una pequeña navaja. De esta manera, se obtiene un corte firme y definido.

La incisión debe hacerse debajo de un nudo, ya que en este punto se forman con más facilidad las raíces. Es la parte del tallo, algo más abultada que el resto, de la que nacen las hojas y yemas. La longitud del esqueje depende en gran medida del tipo de especie que se desee multiplicar. Para los brotes de hiedra, begonia y ciso, éste debe medir entre 7 y 12 cm. Algo más, de 15 a 25 cm, los de plantas resistentes como el ficus, potos y la cheflera. Si el esqueje es de hoja, el pecíolo debe medir 4 cm.


Una vez que se obtiene el ejemplar, se debe depositar en un recipiente lleno de agua. Sirven vasos, botes de cristal o pequeños jarrones. Es posible que el esqueje tenga hojas inferiores, que se retiran antes de introducirlo en agua para evitar que se pudran. El tallo es la única parte del brote que debe permanecer sumergida. Por eso, si el recipiente es ancho, hay que cubrirlo con un papel de aluminio o plástico y perforarlo para introducir el esqueje. Además, para alimentar al vegetal, es aconsejable añadir al agua un abono orgánico rico en vitaminas.

Consejos para el trasplante

Los esquejes deben permanecer en ambientes templados. No es recomendable exponerlos de forma directa al sol ya que corren el riesgo de secarse.

Deben trasplantarse cuando la raíz mida 5 cm, ya que ésta es muy fina y sensible

Las nuevas raíces que crecen son muy finas y sensibles. Su longitud determina el momento apropiado para llevar a cabo el trasplante. No conviene dejarlas crecer demasiado ni precipitarse. La medida más oportuna son 5 cm.

Una vez que las raíces han alcanzado esa longitud, se depositan en una maceta pequeña con tierra mezclada al 20% con arena o turba. Resulta útil conservar los esquejes trasplantados bajo un film de plástico, colocado con dos tutores, al menos un mes. Durante ese tiempo, hay que regar la planta por inmersión de forma continua. Finalizado ese periodo, se destapa el ejemplar y se coloca en una posición intermedia, entre sol y sombra, sin descuidar el riego diario

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