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Informe: Dietas milagrosas (1)

Muchos de los métodos dietéticos actuales ya estaban de moda hace más de cinco décadas y tienen los mismos riesgos para la salud que entonces.

PRIMERA PARTE DEL INFORME

"Los cambios acontecidos en relación a la alimentación de las sociedades desarrolladas han sido una de las mayores novedades en el último siglo. Sin embargo, al mismo tiempo que se abandonaba el consumo tradicional de algunos alimentos y se impulsaba el de otros nuevos, ciertos trastornos de salud asociados a estos cambios se han desarrollado con especial virulencia y gravedad. La actual incidencia de la obesidad, al frente de otras enfermedades asociadas (diabetes, enfermedad cardiaca, hipertensión, osteoporosis, cáncer, etc.), es en cierta medida el resultado de unos hábitos de vida mejorables donde la alimentación desempeña un papel fundamental. Como parte de la solución, el término "dieta" ha ganado el favor de la población general. Sin embargo, la mayoría de estas estrategias no han demostrado ser eficaces ni seguras a largo plazo. Nuestros padres, e incluso nuestros abuelos, ya se pusieron a dieta con unos resultados poco alentadores. En la actualidad, en esencia, muchas de esas dietas se han perpetuado años después con los mismos errores de concepto que entonces. Apenas un metafórico lavado de cara sirve a menudo para difundirlas cada cierto tiempo entre la población. Es el caso de dietas monotemáticas, como la dieta de la manzana o de la alcachofa, las denominadas dietas disociadas, las hiperproteicas u otras que parecen novedosas, pero que ya estaban de moda hace décadas, como la dieta del grupo sanguíneo.

Por JUAN REVENGA"

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Dietas raras y poco seguras
La mayoría de las dietas actuales más conocidas siguen las mismas directrices que en sus orígenes las hicieron famosas -para algunas han pasado más de siete décadas- y son tan ineficaces como entonces.

Dietas ricas en proteínas y/o pobres en hidratos de carbono. La primera de las dietas populares se atribuye a William Banting, un inglés que en 1863 popularizó el hecho de ponerse a dieta con su "método Banting". En su manifiesto "Letter on Corpulence, Addressed to the Public" (Carta sobre la corpulencia, dirigida al público), Banting sugiere descartar el pan, la mantequilla, la leche, el azúcar, la cerveza y las patatas que habían formado parte de su dieta habitual, y que según él eran la causa de su obesidad, a cambio de cantidades importantes de carne. En resumen, propone un sistema dietético con infinidad de puntos en común con varios métodos dietéticos que hacen furor en la actualidad. Las catalogadas como dietas ricas en proteínas y/o pobres en hidratos de carbono (dieta Atkins,método Dukan, sistema Kot, Siken Diet, sistema Pronokal, etc.) serían algunos ejemplos. Hoy en día, estos sistemas tienen un aspecto de renovada frescura científica, aunque falta evidencia científica que respalde su eficacia y seguridad.
Inconvenientes, riesgos y/o contraindicaciones: sus principales inconvenientes también son comunes y suponen un serio riesgo para la salud pública, desde leves malestares como estreñimiento y halitosis, a situaciones de mayor gravedad como sobrecarga renal, aumento del riesgo de padecer cáncer, cetosis, osteoporosis, etc.

Las dietas disociadas. En poco tiempo, a finales del siglo XIX, se desarrollaron otros novedosos (entonces sí) sistemas adelgazantes basados en la "disociación", es decir, en la ausencia de mezcla de alimentos concretos. Herbert Shelton fue el primero en proponer una dieta disociada, aunque hasta la primera década del siglo XX no se extendió su práctica gracias a la labor del médico W. H. Hay (1866-1944), quien afirmó haber perdido 20 kilos en tres meses con esa dieta. En su tiempo fue toda una revolución por el carácter transgresor del planteamiento, en comparación con las costumbres alimentarias. En la actualidad todavía hay libros con directrices para seguir este tipo de desafortunadas estrategias, desde las mencionadas (aún se reeditan libros con sus nombres como reclamo) hasta muchas otras, como la Dieta de Antoine, Montignac o la denominada "dieta disociada".
Inconvenientes, riesgos y/o contraindicaciones: según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), este tipo de procedimientos dietéticos carece de fundamento científico y los resultados obtenidos, además de efímeros, obedecen a un menor consumo de energía. Además, el consumo disociado es imposible porque no hay alimentos que solo contengan proteínas o hidratos de carbono.

Estrategias estrafalarias sin acreditación científica. El paso de los años favoreció la proliferación de las más disparatadas maniobras dietéticas, en el marco de un proceso que trataba de vender más, antes que procurar una verdadera solución. En 1949 en España se publicó una obra con el sugerente título "Desea adelgazar sin dejar de comer" (del Dr. Box). Por 24 pesetas proponía, entre otros, el método de la "cura de la barca", consistente en "tumbarse el obeso en el fondo de una pequeña embarcación, que es anclada no lejos" y "permanecerse así desde una hora, hasta el día entero", en clara contradicción con el título de la obra. Las dietas "tecnológicas" han sido otro ejemplo de dietas con poco fundamento científico que se pusieron de moda mucho tiempo atrás y que todavía hoy se mantienen. Una de ellas, quizá la más relevante, es la dieta del grupo sanguíneo, cuyos orígenes datan de la década de los años cincuenta. Sobre esta dieta se ha realizado en nuestro tiempo una actualización y se han añadido matices basados en la genética, lo que no la ha dotado de más credibilidad.
Inconvenientes, riesgos y/o contraindicaciones: mediante la restricción de determinados alimentos en función del grupo sanguíneo, se promueve el seguimiento de un sistema ineficaz, que además puede acarrear problemas de salud al aumentar el riesgo de deficiencia en el aporte de nutrientes esenciales.

Las monodietas: basadas en un solo alimento. Otra vuelta de tuerca ha correspondido a las dietas monotemáticas, a las cuales da nombre el consumo de un único alimento (dieta del pomelo, de la alcachofa, de la piña, etc.). La primera de ellas, o al menos una de las que más secuelas ha propiciado, la constituyó la "dieta de la manzana", aunque en origen se fundamentó en un estudio científico. Con el llamativo título "Adelgazar comienza con una manzana", se hizo famosa la práctica de introducir cantidades importantes de fruta en la dieta, en especial manzanas, tras atribuir a ésta unas virtudes exageradas para conseguir adelgazar. La consecuencia de este hecho casi histórico se puede constatar al revisar las portadas de los libros de dietas populares y milagro: en un alto porcentaje de éstas figura una manzana, aunque una vez en el interior de sus páginas, el sistema propuesto tome otros derroteros.
Inconvenientes, riesgos y/o contraindicaciones: se adelgaza a expensas de perder líquidos y electrolitos, reservas de glucógeno o proteínas corporales, pero no tanto grasa corporal, que interesa perder si se diagnostica obesidad. Un seguimiento continuado de este tipo de "monodietas" puede causar trastornos digestivos, ya que hay una carestía de nutrientes reguladores de las funciones vitales y eso conlleva malestar emocional al romper el ritmo alimentario normal de forma radical.´

HASTA AQUI LA PRIMERA PARTE DE ESTE INFORME que consta de dos partes más.

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