¿Soy el ombligo del mundo?
Muchas veces sin darnos cuenta nos comportamos como si fuéramos los amos del mundo y de todo lo que en él existe, incluyendo a las personas de nuestro alrededor...

Esto podría llamarse la enfermedad del "debería". Un ejemplo de esto es si nuestra mejor amiga no nos llama por teléfono, la forma normal de reaccionar es llamarla o esperar a que nos llame. Las
Cuando nos hacemos dependientes del "debería" le fijamos estándares a las otras personas.
Cuando nos hacemos dependientes del "debería" le fijamos estándares a las otras personas. No las estamos aceptando tal y como son, queremos que sean como nosotros lo deseamos.
Por mucho que deseemos cambiar a la gente, no va a cambiar. Cada persona ha desarrollado una personalidad basada en la experiencia de su vida y sus genes. Y además quienes somos nosotros para que le impongamos a alguien como debe comportarse. Por lo tanto no tenemos el poder ni la autoridad para imponer estándares a otras personas. Si empezamos a esperar que la gente actúe como nosotros queremos estamos sufriendo innecesariamente.
La próxima vez que alguien no actué como tu "esperabas" no te sientas enojada o decepcionada.
Respeta a cada persona y su individualidad.
Cuando imponemos estándares en otras personas, estamos imponiéndonos decepción. Respeta a cada persona y su individualidad. En realidad los estándares que les ponemos a las otras personas están basados en nuestras debilidades. La próxima vez que te sorprendas pensando (o hablando) en los términos "debería" acerca de otra persona, detente y examina si estas en lo justo.
Por José Antonio Sha
Heilpraktiquer
http://www.centromikael.com
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