Vinos: Uno para cada comida

Entradas: Para el jamón, los quesos, las aceitunas, etcétera, son un excelente complemento los vinos rosados, los tintos y los amontillados como el Jerez y el Manzanilla.
Pastas: Los que mejor les quedan son los vinos rosados, los blancos jóvenes, aromáticos y frutales, con crianza, como un Macabeo, Sauvignon Blanc o un Verdejo, o también los tintos jóvenes o de crianza en barrica.
Carnes rojas: Un vino tinto bien elaborado, robusto, potente y con concentración, crianza o reserva de Rioja, Ribera del Duero, Priorato, Somontano, Penedès. Para una carne al horno o condimentada, un vino tinto con crianza en barrica prolongada, Tempranillo, Garnacha o Cabernet.
Aves: Puedes acompañarlas con diferentes tipos de vino, uno tinto no demasiado robusto pero con suficiente cuerpo y aroma frutal, es decir, un Tempranillo, Semicrianza, reserva de Cabernet Sauvignon o Merlot. También puedes elegir un vino blanco joven, con frescura, cuerpo, aromas cítricos y adecuada acidez, no fermentado en barrica, como un Chardonnay.
Pescados: No es indispensable un vino blanco, también queda muy bien uno tinto o uno rosado. Para los pescados de sabor fuerte, uno blanco fermentado en barrica como un Sauvignon Blanc o un Chardonnay.
Mariscos: El que mejor los complementa es un vino blanco joven como Albariño, Verdejo o Godello.
Postres: Los pasteles, dulces y postres se acompañan muy bien con los vinos blancos ligeros, como los Moscatos o Málaga, que son extraordinarios para disfrutar lo dulce.
Fuente: www.portaldecocina.com
Comentarios
Este blog está muy bien, es muy variado. Tienes cuatro no sé de dónde sacas el tiempo.
Un fuerte abrazo por tu buen hacer.
besiños neniña
Maite
P.D. Gracias por la amabilidad de mandarme e-maails
Mi mayor vicio es escribir!!!
Y, claro que sí, adoro a los animales.
Besos!!!
Un abrazo