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LA VOZ HABLADA EN LA SOCIEDAD CONTEMPORÁNEA


Decían los antiguos griegos que la voz era el reflejo del alma. Es a través de la voz que un individuo transmite sus emociones, sentimientos, sus pasiones, ideas, pensamientos. Por lo tanto. Podríamos decir que constituye una manifestación sonora de su personalidad.

La laringe debe ser considerada como un instrumento sonoro “viviente” y por lo tanto toda influencia de orden orgánico, neurológico, sensorial y psíquico tendrá repercusión sobre su funcionamiento y/o rendimiento.

Una voz normal es fundamental (siempre hablando de la voz hablada) para lograr una comunicación oral adecuada, y deberá gozar de ciertas características y son las siguientes:

1.- Calidad agradable;
2.- Un correcto equilibrio entre la resonancia nasal y bucal;
3.- Una adecuada sonoridad;
4.- Una altura tonal adecuada a la edad, tamaño, sexo;
5.- Inflexiones y modulaciones de la voz en forma tal que no altere ninguna de estas virtudes de la normalidad vocal.

Por lo tanto, cualquier alteración de estas características traerán como consecuencia una voz problema.

Una voz hablada normal debe ser audible, de clara musicalidad y de tono apropiado. Las desviaciones de lo normal constituyen una “disfonía”.

La comunicación oral, es un aspecto vital en la actividad de un individuo que vive en sociedad, que una disfonía provocará por lo general ansiedad y tensión y en sentido contrario toda tensión y ansiedad podrá provocar o aumentar la dificultad vocal.

La buena voz no sólo es importante desde el punto de vista estético sino desde un punto de vista práctico.

Debemos considerar como profesión locutora a cualquier actividad laboral y/o social, para cuyo desempeño sea necesario el uso de la voz durante varias horas, y han ido surgiendo estas profesiones locutoras dentro del ámbito de la sociedad en forma progresiva a través del tiempo y la civilización. Y son tradicionalmente conocidas como la de actor, locutor, cantante, etc., pero no podemos olvidar al rematador, telefonista, orador, político, el empleado de comercio, militar, empresario, etc., todas pueden ser consideradas profesiones locutoras y entonces puede asegurarse que la voz, es el instrumento de trabajo más difundido en la vida moderna como consecuencia de la civilización. Ya el niño al ingresar a la escuela y tener que dar sus lecciones en voz alta, leer, recitar, cantar, etc. va adquiriendo el carácter de profesional de la voz sin que él vaya tomando conciencia de ello.

La voz es el vehículo y condicionante del trabajo en nuestra vida, en casi todas sus manifestaciones. Muchas veces funciona como eje conductor en las profesiones locutoras, y otras como elemento accesorio indispensable. No exageramos al afirmar que la voz es el instrumento de trabajo de carácter universal y merecería por lo tanto una especial atención.

La voz de la madre debe ser muy buena, ya mientras ella va hablando con su bebé va impregnando en ésta dulce melodías no sólo m usicales sino de mensaje.

El comerciante, el empresario que está frente a sus respectivas empresas deberán tener una buena voz, fuerte, imperiosa, sin temblores; indiscutiblemente que el cliente que tenga dificultades en oírlas y entenderlas (por motivo del que habla) se agotará y con seguridad no regresará en otra oportunidad, ya que le producirá un rechazo y seguramente no sabrá cuál fue el motivo.

Imaginemos un político que no tenga no sólo una buena voz, sino también poca resistencia de la misma, por lo tanto esto será un gran impedimento para expresar su pensamiento y convencer o ganar nuevos adictos a su postura político-filosófica.

Un sacerdote, que además de tener que oficiar misa, debe decir su sermón y debe hablar con todas las personas que a él recurren solicitando su ayuda espiritual, al no ser dueño absoluto de su voz no podrá llegar tan profundamente como él quisiera y debiera.

Para un maestro, profesor o docente en general, no sólo es necesario poseer una buena voz por razones lógicas sino también económicas por la cantidad de licencias anuales que deberá solicitar.

- Un militar disfónico no podrá manejar su tropa ni dar voces de mando.
- Un rematador o un martillero no podrá proceder al remate, etc.
- Un canillita sin lugar a dudas venderá más rápido sus periódicos si tiene la capacidad y habilidad física de vociferar las noticias.

¿Y qué decir entonces de las profesiones eminentemente locutoras como ya dijéramos antes que eran el actor, locutor, cantante, etc.? Sencillamente que ellos sin lugar a dudas deben ser dueños absolutos de su “verdadera voz” sin un aprendizaje metódico y de un entrenamiento fisiológico y que asó vayan descubriendo su verdadera voz y mejorar y ampliar su potencialidad, esto es lo que se entiende por impostación de la voz , o dicho de otra manera sencilla es “obtener de una voz el máximo de rendimiento con un mínimo de esfuerzo”.

Una buena voz hablada es una necesidad estética, psicológica, social y también económica.

DR. HÉCTOR JATZKEVICH
Doctor en fonología, especialista en voz y palabra.


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